He tenido la gran suerte de pasar unos días en Portugal, concretamente en Lisboa y creo que me he dejado el corazón allí… Hacía más de 12 años que no iba y apenas podía recordarla y me he encontrado con una ciudad absolutamente romántica, amable, cosmopolita, silenciosa, limpia y tradicional. Todo comenzó con un vuelo de la TAP en la que el personal de abordo sonreía constantemente y hacía gala de una educación absoluta y en apenas 60 minutos allí estaba, llegando a Lisboa y su luz, llegué al hotel BAIRRO ALTO en Chiado, un hotel lleno de encanto y elegancia, en la recepción me atendió María, en un perfecto castellano y más que dispuesta a hacer de mi estancia un sueño, he estado en muchos hoteles a lo largo y ancho del mundo y puedo prometer (y prometo) que el personal de este hotel es tan amable, eficaz y elegante que me lo hubiera envuelto en papel de estraza y me lo hubiera traído a casa. Si me estáis leyendo chicos, gracias…
Subí a una habitación preciosa inundada de esa luz de Lisboa que tanto se parece a la de Valencia y la sensación de paz fue total…
Y tras deshacer la maleta y disfrutar un ratito de la habitación me fui a la calle a re-descubrir una Lisboa que no se me va de la cabeza…
Lisboa le ha dado sitio al arte y manteniendo la tradición…
Puedes encontrarte fachadas como esta frente a la catedral… que me encantó!
Conservan como tesoros los escaparates de antiguos comercios y dar un paseo por Chiado al atardecer mientras paras en A Brasileira a tomar un café, es tan romántico…
Al caer la noche estuve cenando en un sitio genial, pequeño, íntimo y con una deliciosa cocina portuguesa. Si decides ir… Reserva!
Y al día siguiente seguir paseando y disfrutar de un clima tan delicioso…
Y comprar un juego de sábanas en una tienda de ensueño…
Y pasar más de media hora intentando saber como este buen hombre podía sostenerse en el aire, cuando alguien le echaba una moneda levantaba las piernas paralelas al suelo! sigo con la intriga!
Y acabar la noche tomando un cocktail en el bar del hotel Bairro Alto ( se puede fumar en la planta de abajo!) el mejor cocktail que he probado jamás, hecho con jengibre, frambuesa, guindilla y mil secretos más que ni siquiera rogando a la vez que pestañeaba conseguí sacarle a Daniel, el barman maravilloso que nos atendió con toda la amabilidad y la simpatía y con algún cocktail más del que bebía… pero… qué demonios?? estaba en Lisboa! Señoras y señores….Les presento a Daniel, si van por Lisboa no dejen de visitarlo.
Ha sido un viaje inolvidable . Un viaje que sin saberlo necesitaba. Gracias por dejar que lo comparta.
Buenos días ratones!